Y es que siempre nos creímos dueños de la pista,
en lugar de entender que éramos solo invitados.
Hasta que la tierra nos miró y nos dijo: “yo también quiero
bailar”.
Hasta que la vida te sentó y te dijo: “ahora vos te vas a
adaptar”.
Hasta que te quedó bien claro
que la vida no es
solo de 9 a 6.
Sino que la vida es eso
que extrañamos tanto
y que se esconde
en el ayer.