Pandemia

La música sigue sonando, pero esta vez no podemos elegir la canción.
Y es que siempre nos creímos dueños de la pista,
en lugar de entender que éramos solo invitados.

Hasta que la tierra nos miró y nos dijo: “yo también quiero bailar”.
Hasta que la vida te sentó y te dijo: “ahora vos te vas a adaptar”.

Hasta que te quedó bien claro
 que la vida no es solo de 9 a 6.
Sino que la vida es eso
que extrañamos tanto
y que se esconde
 en el ayer.

Fuego

El mundo necesita tu fuego,
pero ¿de dónde sale la chispa? 
Si nos enseñan a perseguir el ego 
que se viste 
de exitista.

¿Cómo sobrevive una llama? 
Si el mundo es un molino de viento, 
al que sólo le importa el tiempo 
y se olvida 
de lo que en verdad ama. 

¿Cómo quieren el fuego?
¿Para iluminar a otros, 
para contagiar las risas?

¿O lo quieren para construir castillos 
que se tambalean 
sobre las cenizas?

Para variar

Me tomé un té en una taza diferente,
y entendí por qué 
todo sigue igual.

Por qué negamos lo que nos mantiene vivos, 
y por qué repetimos
todo lo que nos quiere apagar.

Por qué nos esforzamos en ser puntuales, 
cuando la vida elige 
el tiempo 
y el lugar.

La taza es igual a otras, 
pero hoy es distinta 
para variar.

No me mueve

No me empuja, no me mueve.

Lo que todos hacen, pero nadie quiere. 

No me llena, no me motiva

dejar pasar horas. 
Dejar correr vida.

No lo quiero, nunca lo quise.

El título en la pared.

Lo que más quiero está lejos, 
y a lo que tengo cerca

no lo puedo

terminar

de querer.

Dejar

Dejar que se vaya
o dejar que se quede.

El dolor
de lo que no se puede.

La inconsciencia
de lo que no se debe.

El placer
de bailar
adrede.

Opciones hay dos,

las consecuencias
difieren:

dejar que se vaya la vida

o dejar

que la vida se quede.

Soy

Soy
lo que queda de la noche,
lo que falta de mis días.

Los aciertos,
los errores,
el dolor
y la alegría.

El trabajo y el disfrute,
el encierro y la salida.

Fuego y aire,
tierra y agua.

Soy
el cuento
y la
poesía.

A vos

A vos, que estás todo el día corriendo
y que ya no disfrutás
de cada paso.

A vos, que mirás el celular cuando te hablan
y que hiciste de la reunión con amigos
una reunión de oficina.

A vos, que dejás a alguien que te quiere
siempre para después
o para cuando te sobre tiempo.

A vos te digo

que el tiempo no vuelve,
que correr sólo te aleja

y que los ojos del que te comparte el corazón

se cansan 

de no encontrar

un alma

del otro lado.