Castigo y bendición,
saber más de lo que se dice,
escuchar lo que nunca quise,
leer el aire a mi alrededor.
Castigo y bendición,
poder apreciar la rosa,
sentir la espina,
sutil, filosa... siempre dos caras de la misma cosa.
Castigo y bendición,
escribir, hasta acá, diez líneas,
pero con lágrimas entre la tinta
y un golpe más al corazón.