Insomnio

Sos tan frecuente que ya no sé 
si me inventaste o te inventé, 
si sos real o de papel.

Venís seguido y ya no sé
lo que buscás, lo que querés, 
por qué atacás, por qué volvés.

Mi desvelo es tu osadía, 

y ya no sé qué fue primero
si el huevo o la gallina, 
mi dolor o su partida, 
el insomnio o la poesía.  

¿Quién se enamoró de quién?