Sos tan frecuente que ya no sé
si me inventaste o te inventé,
si sos real o de papel.
Venís seguido y ya no sé
lo que buscás, lo que querés,
por qué atacás, por qué volvés.
y ya no sé qué fue primero
si el huevo o la gallina,
mi dolor o su partida,
el insomnio o la poesía.
¿Quién se enamoró de quién?