Estás ahí, y te sentás siempre 
tan cerquita, tan hiriente,
esperando para atacar.
Estás ahí, y me mirás de frente, 
jugando siempre con el
ausente, 
robando mucho, queriendo más.
Estas ahí, y qué feo es verte 
cobrando vida, eras inerte.
Peor soy yo, que te hago fuerte.
Mejor sería no hablarte más.
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario