Queridas,
por sobre todas las cosas.
Elegidas.
Hoy y cada día.
Los abrazos, las sonrisas,
los momentos
de picardía.
Un par de lágrimas,
de sacudidas,
algunas idas
y más venidas.
Tropiezos
varios,
y mil caídas.
Ahí están sus manos,
siempre extendidas.
Ahí estoy yo,
y
miro hacia arriba.
Levantarme, y saberme rica
por tenerlas cerca,
por compartir la vida.
Incondicionales,
hermanas elegidas.
Para ustedes, amigas, esta poesía.
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