Paz

Verte y pensar 
en la nada y en todo, 
en el instante y el modo 
en el que te conocí.

Mirarte y creer 
que todo se puede, 
que el mundo nos debe, 
por lo bajo, 
frenesí.

Y ese abrazo de siempre, 
que me espera, impaciente, 
en la paz de la noche.

No por nada te elegí.

Otra Vez

Otra vez me ataca 
el insomnio, 
insoportable.

Otra vez me acechan 
los recuerdos,
imborrables.

Se agolpan de a miles, 
impuntuales,  
insaciables.

Y aunque los borre de día
ellos se saben
inmortales.